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El dragón de agua chino (Physignathus cocincinus) es un reptil perteneciente a la familia de los agámidos que habita zonas tropicales del sudeste asiático. Las características morfológicas más destacables de estos reptiles son sus grandes y vivos ojos con unas pupilas muy redondeadas y párpados gruesos, su cuerpo es esbelto y de un verde intenso, este color se vuelve un poco más apagado cuando están a punto de mudar la piel pero se mantiene durante toda su vida, al contrario que las iguanas que se van volviendo marrones con la edad. Además los machos adultos presentan llamativas escamas blancas o incluso rosadas en su mentón, tienen una cola muy larga que puede llegar a medir casi el doble de su cuerpo y unas garras afiladas y fuertes que utilizan para trepar.

Los dragones de agua chinos son animales semiarborícolas y suelen habitar en las selvas de Tailandia y el sur de China donde los encontraremos en las riveras de los ríos reposando sobre las ramas bajas desde las que se lanzan al agua en caso de detectar algún peligro. Los machos adultos alcanzan unos 80 cm de longitud, incluyendo la cola, mientras que las hembras son un poco más pequeñas. En cautividad su esperanza de vida puede llegar a los 10 o incluso 15 años.

Alimentación

El dragón de agua chino se considera un reptil omnívoro aunque su dieta en libertad se basa principalmente en insectos ya que son abundantes y puede capturarlos con facilidad. Cuando somos nosotros los que nos encargamos de su alimentación debemos tener siempre en cuenta que los alimentos que le ofrezcamos sean ricos en proteínas y en calcio para así prevenir posibles enfermedades en los huesos. En caso de suministrarle insectos los más comunes son los grillos, las zophobas y los tenebrios (los cuales como ya sabemos tienen un alto contenido de grasas, por lo que deberemos suministrarlos con menos frecuencia) los saltamontes, los gusanos de seda y las cucarachas.

Además también podemos incluir en su dieta de vez en cuando algunas lombrices que aportan una gran cantidad de calcio y le resultarán muy fáciles de engullir al ser blandas y carecer de exoesqueleto. Para hacer su alimentación más completa una vez por semana podemos ofrecer a nuestro dragón presas vivas de mayor tamaño, refiriéndonos en este caso a pequeños roedores, ya sean crías (pinkies) o ratones jóvenes los cuales elegiremos en función del tamaño de nuestro dragón.

En algunas ocasiones se dan casos de ejemplares que aceptan de buen grado las frutas y las verduras en su alimentación, pero lo cierto es que la mayoría de las veces son rechazadas. En todo caso si decidimos intentarlo las frutas que suelen preferir son las manzanas, las peras, los plátanos o el melón, y en cuanto a las verduras lo más recomendado son las hojas verdes como pueden ser los canónigos y las endivias, que son más saludables y nutritivas que las lechugas. Aún así es posible que nuestro dragón rechace los vegetales y es algo que no debe preocuparnos ya que como ya hemos dicho es muy habitual.

De este modo se consideraría una dieta equilibrada la que estuviera compuesta por un 50% de insectos, un 20% de gusanos y lombrices, otro 20% de presas mayores (roedores) y un 10% opcional de frutas y verduras. Además siempre debemos espolvorear los insectos con polvos de calcio y vitaminas para asegurar un buen estado de salud.

Condiciones ambientales del terrario

Las dimensiones mínimas que debe tener un terrario destinado al dragón de agua chino son de 150x80x80cm (largo, ancho, alto) ya que debemos tener en cuenta que estos animales son muy activos y necesitan muchísimo espacio para moverse, de manera que deberemos dar prioridad a la amplitud general del terrario frente a la verticalidad o la horizontalidad. Como ya hemos dicho es esencial que la decoración del terrario presente numerosas ramas, raíces, troncos o protuberancias en el fondo que permitan a nuestro dragón trepar y sentirse seguro, además es muy importante que ofrezcamos una zona acuática para que el animal pueda darse baños. Lo más sencillo a la hora de conseguir esto es utilizar un tupper o barreño con una profundidad tal que el animal al introducirse en él tenga sumergidos 2/3 de su cuerpo y que pueda meterse en el agua por completo sin necesidad de estar en una postura forzada. Un detalle que puede ayudarnos a la hora de conseguir que el dragón acepte esa zona como lugar de baño es enterrar el recipiente en el sustrato, así será mucho más natural para el animal y nosotros conseguiremos un aspecto mucho más estético. Normalmente se suele situar alguna de las ramas sobre el agua, a unos 15 o 20cm de la superficie de tal manera que el animal la utilizará a modo de trampolín y pasará gran parte del tiempo reposando sobre ella.

Las plantas nos ayudarán como siempre a recrear un entorno más natural y aportarán una sensación de seguridad al dragón ya que tendrá oportunidad de ocultarse entre ellas usándolas como refugio, las más recomendadas para estos terrarios son las dracaenas, las kentias, los potos y los philodendron. Como sustrato podemos utilizar fibra de coco, o cortezas de pino de tamaño medio a pequeño, pero siempre se debe vigilar que el animal no ingiera ningún fragmento.

Al ser unos reptiles diurnos los dragones de agua chinos necesitan una iluminación especial siendo necesario colocar en el terrario una lampara de UVA/UVB para recrear la luz solar, indispensable para la síntesis de vitamina D. Lo más adecuado será que programemos ciclos de luz de 10-12 horas. En cuanto a la temperatura en el terrario se deben alcanzar unos 28-30ºC durante el día con una bajada en la noche en la que mantendremos una temperatura de 22-25ºC. La humedad debe estar entre el 80-90% y lo conseguiremos en parte con el recipiente de agua situado en el interior del terrario y también rociando con agua varías veces al día o más cómodamente instalando un sistema de lluvia.

Reproducción

Si queremos estimular la reproducción en los dragones lo primero que debemos hacer es recrear las condiciones adecuadas para ello. En primer lugar deberemos llevar a cabo una bajada de la temperatura, disminuyéndola en unos 3ºC al tiempo que acortamos los ciclos de luz durante unas 6 u 8 semanas, de este modo recrearemos una especie de enfriamiento invernal durante el cual el macho y la hembra deben permanecer separados. Por supuesto este proceso se debe realizar poco a poco para no generar un shock en los animales. Pasado el periodo de tiempo ya mencionado iremos de nuevo aumentando la temperatura y las horas de luz hasta alcanzar los valores iniciales y es entonces cuando podremos juntar de nuevo a la pareja. Observaremos en este momento que el macho comenzará el cortejo persiguiendo a la hembra y agitando la cabeza para llamar la atención de esta, si lo consigue tendrá lugar la cópula.

No es recomendable emparejar a ejemplares jóvenes ya que siempre debemos asegurarnos de que los animales están preparados físicamente para llevar a cabo la reproducción, sobre todo en el caso de las hembras para las cuales representa un gran esfuerzo. La gestación durará de 2 a 3 meses y es normal que durante este tiempo la hembra pierda un poco el apetito, aún siempre debemos cuidar que su alimentación sea la adecuada y que no sufra un déficit de calcio. Tras este tiempo se acercará el momento de la puesta y los mejor es que coloquemos un recipiente amplio lleno de turba o vermiculita húmedas para que la hembra coloque sus huevos. Lo normal es que los ponga en dos puestas con un total de unos 8 o 12 huevos. Estos huevos deberán ser incubados durante unos 75 o 90 días a una temperatura de 30ºC, tras dicho periodo nacerán los pequeños dragones con una longitud total de unos 15cm aproximadamente. Los podremos mantener juntos mientras son pequeños alimentándolos a diario para conseguir que lleven a cabo un desarrollo correcto.

Fotos tomadas de:

chinesewaterdragon.net; bioexpedition.com; lftshop.com; reptilia-forum.com