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Rana tomate (Dyscophus antongilii)

La rana tomate (Dyscophus antongilii) es una elección muy acertada para aquellos que desean tener en su hogar un anfibio fácil de mantener y que sea a la vez llamativo a la vista. Estas ranas de cuerpo globoso y extremidades cortas y robustas tienen su hábitat natural en las selvas húmedas de Madagascar, donde se entierran entre la hojarasca del sustrato al acecho de sus presas. Sus hábitos son nocturnos y para camuflarse entre la vegetación en descomposición se sirven de su coloración que incluye tonos rojizos, amarillos y marrones los cuales varían entre machos y hembras siendo estas las más rojizas mientras que los machos adultos y también los juveniles de ambos sexos muestran coloraciones más apagadas en colores ocres y terrosos.

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En cuanto a su tamaño también podemos observar diferencias entre sexos, alcanzando los machos un tamaño de unos 6’5cm y los 40g de peso, mientras que las hembras pueden llegar a superar los 10cm y pesar alrededor de los 220g. Su esperanza de vida en cautiverio ronda en torno a los 8 o 10 años.

Alimentación

Estas ranas en libertad basan su dieta en invertebrados, ya sean insectos larvas o lombrices y en alguna ocasión pueden ingerir presas de mayor tamaño como pequeños roedores. Es por ello que cuando las mantenemos en nuestros hogares lo más idóneo para ellas es que les ofrezcamos alimentos variados para abarcar todas sus necesidades nutricionales. Podemos ofrecerles insectos como grillos, langostas, cucarachas y larvas, tipo tenebrios y zophobas. Con el fin de potenciar su coloración rojiza es bueno alimentar previamente a las presas con verduras que contengan carotenoides como por ejemplo las zanahorias. Las alimentaremos cada dos días y una vez en semana espolvorearemos a las presas con calcio y vitaminas. Es importante que a la hora de ofrecerles el alimento nos adaptemos a sus hábitos naturales, ya que como hemos explicado estos animales cazan al acecho tendiendo emboscadas a los insectos que puedan pasar frente a ellos por lo que si dejamos a las presas sueltas por el terrario es probable que las ranas no las lleguen a capturar ya que no se mueven mucho. Por ello lo mejor es darles los insectos con unas pinzas colocándolos frente a su boca para así asegurarnos de que han ingerido el alimento, o en caso de que no queramos usar las pinzas tendremos que soltar las presas justo delante de ellas para así darles la ocasión perfecta para cazarlas.

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Como siempre debemos adecuar el tamaño de las presas al tamaño de nuestra rana y este hecho es muy importante sobre todo a la hora de ofrecer pinkies (crías de ratón) a los adultos, ya que se han dado casos en los que la presa era demasiado grande y la rana ha acabado muriendo al descomponerse la presa imposible de digerir en su interior.

Condiciones ambientales del terrario

El terrario adecuado para mantener a las ranas tomate debe tener unas medidas mínimas para un ejemplar de 50x30x30 cm (largo, ancho, alto). Debido a sus costumbres sedentarias lo ideal es otorgarles refugios y escondites en los que se meterán para sentirse protegidas y cómodas. El sustrato en el que vivirán las ranas debe tener una profundidad de unos 6 cm al menos y estará formado por una combinación de hojarasca, fibra de coco o turba y musgos que mantendrán la humedad y aportarán un aspecto más natural al terrario. Si queremos tener plantas en el terrario debemos tener en cuenta que la rana tomate al enterrarse puede sacarlas del sustrato por lo que lo más aconsejable es utilizar plantas duras como los potos o incluso situarlas en un fondo decorado, utilizando plantas tipo enredaderas y bromelias que estarán a salvo ya que estas ranas son de hábitos terrestres y no treparán.

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En cuanto a los parámetros ambientales la temperatura en el día debe oscilar entre los 24-26ºC para recrear un clima tropical. Como anfibios que son estas ranas necesitan unos altos niveles de humedad, rociando el terrario o programando lluvias varias veces al día conseguiremos mantener estos niveles entorno al 75%. Es necesario colocar en el terrario un recipiente bajo con agua en el que la rana pueda meterse para hidratarse pero con una profundidad mínima para que no haya peligro de ahogamiento ya que las ranas tomate no son buenas nadadoras. Debido a sus hábitos de vida nocturnos estas ranas no necesitan una iluminación especial aunque si es importante marcarles un fotoperiodo de unas 12 horas.

Manipulación

Es importante tener en cuenta que las ranas no son animales a los que se les puede manipular con cierta asiduidad como puede ser el caso de otras mascotas exóticas como por ejemplo las pogonas. Las ranas sufren un gran estrés cuando las cogemos ya que se sienten atrapadas y en peligro, su respuesta natural frente a las amenazas será inflarse, hincharán su cuerpo para aparentar un tamaño mayor y más imponente con el fin de disuadir a sus atacantes, y aunque nos pueda resultar cómico su aspecto en este estado nunca debemos provocarlo ya que una situación de estrés continuado en un animal puede derivar en enfermedad e incluso la muerte.

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Además de esto las ranas tomate segregan a través de los poros de su piel toxinas que pueden generar irritación si entran en contacto con nuestras mucosas, por lo que siempre que tengamos que manipular forzosamente a nuestra rana es necesario lavar nuestras manos después.

Reproducción

Por desgracia la reproducción en cautividad de esta especie de ranas es algo muy difícil de conseguir y hasta la fecha solo lo han conseguido en centros zoológicos mediante la inyección de hormonas. Sin embargo si que se conocen muy bien los detalles del proceso reproductivo en libertad. En las zonas en las que habitan tras la temporada de lluvias comienzan a oírse las llamadas de los machos invitando a las hembras a la cópula en las charcas poco profundas. Si una hembra acepta a un macho este se colocará sobre ella abrazándola, es lo que llamamos el amplexus, que en el caso de esta especie es axilar, es decir, el macho agarra a la hembra por debajo de las axilas. Sin embargo como en esta especie los machos no presentan almohadillas nupciales, que son unas protuberancias que les permiten aferrarse con más firmeza a las hembras, pueden resbalar siendo llevando a cabo entonces un amplexus inguinal.

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Cada hembra hace una puesta de entre 1000 y 1500 huevos, que flotan en la superficie del agua, de los cuales nacerán los renacuajos 36 horas más tarde. Estos renacuajos serán filtradores que se alimentarán de pequeñas partículas de alimento presentes en el agua y pasados unos 45 días aproximadamente se transformarán en ranitas, las cuales alcanzarán la madurez en menos de un año.

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