Gecko leopardo (Eublepharis macularius)

El gecko leopardo es uno de los animales más aconsejables para iniciarnos en la cría de reptiles. Es un animal dócil, que se puede acostumbrar a nosotros, su tamaño ronda los 20 cm de adulto, no se pegan a las paredes ni escalan, y pueden llegar a vivir 20 años. Este gecko procede de regiones semi-desérticas y esteparias de Oriente medio y sur de Asia y es uno de los animales más populares para mantener en un terrario.

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Este gecko tiene la cabeza de forma triangular y a cada lado tiene los oídos, que están formados por una fina lámina casi transparente muy fácil de observar. Son animales nocturnos, con párpados completos que protegen sus ojos de factores externos y los mantiene lubricados sin necesidad de usar su lengua constantemente. Su piel es verrugosa, de tonos amarillos y anaranjados con manchas oscuras, de ahí su nombre, aunque podemos encontrar animales de una gran variedad cromática debido a los cruces artificiales que se han hecho (ej. naranjas, albinos, de rayas rojas, sin ningún tipo de dibujo, etc.).

El cuerpo es robusto y alargado, y sus extremidades acaban en 4 dedos pequeños y flexibles sin almohadillas adhesivas, sino con garras, puesto que son excavadores. Otra de las características principales de los geckos leopardos es su cola; es musculosa y se ensancha un poco en su parte media terminando en punta. El estado de su cola es determinante en el estado de salud del gecko ya que en ella almacenan gran parte de sus reservas de grasas. Puede desprenderse de ella como las lagartijas en un fenómeno conocido como autotomía, pero pueden regenerarla. Eso sí, nunca será como la original.

Son animales nocturnos por lo que es normal que por el día estén metidos en cuevas y escondrijos y sólo los veamos por la noche. Al ser un animal de sangre fría (poiquilotermo) regula su temperatura exponiéndose o huyendo del sol y por la noche, cuando la temperatura baja, se vuelve más activo.

Aunque es un animal pacífico con otras especies, es territorial y no se deben mantener dos machos en la misma instalación (teniendo en cuenta los tamaños que se suelen manejar con terrarios), pero si pueden mantenerse numerosas hembras.

Gecko leopardo mudando la piel. Detalle de oídos.
Gecko leopardo mudando la piel. Detalle de oídos.

El gecko, como reptil que es, muda cada cierto tiempo y eso provoca cierto estrés en el animal. Buscará un lugar oscuro y cálido para estar tranquilo y se comerá la piel vieja, ya que en la naturaleza es la mejor forma que tiene de no dejar rastro.

El gecko leopardo es insectívoro, su alimentación se basa en: grillos, tenebrios/zophobas (no recomendable darlo muy a menudo debido a que son muy grasos y tienen grandes contenidos de quitina, carbohidrato que no digieren con facilidad), cucarachas, saltamontes, gusanos de seda y polillas. También se puede completar con fruta madura y de adultos con algún huevo, cría de aves o roedores, siempre del tamaño de la boca del animal, vivos y bien alimentados. Es importante adquirir el alimento vivo en tiendas especializadas, puesto que los atrapados en la naturaleza podrían contener tanto parásitos como restos de los productos químicos usados en los campos.

Alimentación gecko

Será necesario semanalmente espolvorear el alimento vivo con suplementos vitamínicos para que la dieta que ofrezcamos a nuestro animal sea la más completa posible.

 

Alimentación

En la naturaleza el gecko leopardo come una gran variedad de insectos, así que en un terrario lo ideal es imitar lo mejor posible dicha variedad (grillos, cucarachas, tenebrios, gusanos de seda, polillas, saltamontes, etc.) y para que estos sean nutritivos para nuestro reptil lo ideal es que estén vivos y bien alimentados. Al ser los geckos leopardo animales crepusculares, lo ideal es suministrar el alimento vivo al atardecer para así poder ver al gecko cazar.

Gecko leopardo cazando

Si resulta difícil para el gecko cazar a la presa se puede ofrecer comida a la presa (ej. patatas, zanahoria o manzana en el caso de los grillos) para atraerlos, además de para asegurarnos que no se vuelve contra nuestro gecko. O en el caso de grillos y saltamontes podemos quitarles las patas saltadoras para que así le resulte más fácil cazarlos.

Es importante los suplementos en la dieta de estos reptiles, en concreto, suplemento de calcio y vitamina D3. El calcio se deberá espolvorear sobre las presas 2-3 veces por semana en el caso de los adultos y diariamente si son juveniles o hembras en época de reproducción. En el caso de las vitamina D3 la dosificación se hará cada 7-10 días, sin coincidir con dosis de calcio.

Siempre deben de disponer de un recipiente con agua fresca y cambiarla a menudo, esta fuente de agua puede usarse para diluir complejos vitamínicos o medicinas en caso de que sea necesario.

¿Cómo tocar a un gecko?

Cuando cojamos a un gecko por primera vez, puede ponerse nervioso y emitir sonidos, pero si se hace correctamente con el tiempo dejará de hacerlo. Para empezar a tratar con él, lo recomendable es colocar nuestra mano dentro del terrario con movimientos lentos para que el gecko se acostumbre a ella e ir aumentando los tiempos. A la hora de cogerlo, nunca cogerlo por la cola, o se desprenderá. Lo mejor es cogerlo por el cuerpo (entre las patas delanteras y traseras) y ofrecerle la otra mano por delante para que se suba.

Condiciones ambientales en el terrario

Para mantener una pareja de estos ejemplares la medida del terrario debe ser de unos 80x40x50 (largo, ancho, alto), donde se podría llegar a tener una segunda hembra. La temperatura debe estar entre los 26-28ºC de día y 22ºC de noche, con un foco de calor desde arriba. No emplear rocas calientes ya que puede llegar a producir quemaduras en el gecko y no proporcionan calor suficiente al terrario.

Respecto a la humedad, se recomienda entorno al 55% excepto en época de muda que se subiría al 70%. Hay que vigilar los restos de muda que queden adheridos y eliminarnos con la ayuda de un algodón humedecido con agua tibia. También conviene rociar de vez en cuando las piedras o usar sistemas de lluvia para simular el rocío característico de su hábitat natural.

Hay que ponerles refugios para que pueda pasar el día ya que son nocturnos. Por eso mismo no requiere ninguna luz especial, con luz blanca para que mantengan un ciclo de vida normal es suficiente.

La decoración para cuando son crías se recomienda con sustrato de papel de cocina y con cuevas, recovecos o escondites y un cuenco de agua, es decir, lo mínimo para estar seguros de que está comiendo y no se esconden los grillos. Esto también se recomienda para cuando tenemos algún ejemplar enfermo. Cuando el animal ya sea adulto trataremos que se parezca a su hábitat natural usando como sustrato la fibra de coco (no se recomienda que se use arena ya que puede ser ingerida por el gecko y crear problemas intestinales, aunque hoy día se pueden encontrar en tiendas especializadas sustratos que simulan arena y que pueden ser digeridos por el gecko en caso de ingestión). Recordar que el ambiente natural es un desierto rocoso con algo de vegetación, por lo tanto, se recomiendan plantas crasas (suculentas), a ser posible sin púas ni pinchos, que requieren poco riego y altas temperaturas (aunque lo más cómodo siempre es usar plantas de plástico o tela). Para el resto de la decoración se pueden usar rocas, pizarra, corcho, piedras y cualquiera pieza que nos parezca natural, fijadas de manera que no se vayan a caer encima de los reptiles.

La limpieza es fácil ya que los desperdicios son secos y sólidos, además, siempre defecan en el mismo sitio. Con limpiar un par de veces en semana es suficiente.

Reproducción y cría

Antes de los 3-4 meses es muy difícil sexar nuestro gecko leopardo. En los adultos machos, puede verse entre las dos patas traseras a la altura de la cola unos poros en forma de V que se denominan poros femorales y justo detrás se aprecian dos bultos que son los hemipenes invaginados en su receptáculo. En la hembra no existen dichos bultos y los poros femorales son menos visibles.

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A. Gecko leopardo macho; B. Gecko leopardo hembra. Imagen extraída de “The learning centre” web

Los geckos leopardo se consideran maduros sexualmente al año de vida, pero lo normal es no juntarlos hasta el año y medio, o incluso dos años en el caso de la hembra cuando es lo más grande y fuerte posible.

La época de apareamiento normalmente es entre febrero y septiembre. Unas 6-8 semanas antes bajaremos la temperatura a 20-22ºC durante el día y 16-18ºC por la noche para el aletargamiento previo al celo. Aunque como estos tiempos coinciden con el invierno, la bajada de temperatura natural del hogar puede ser suficiente. Durante este tiempo no hace falta alimentar al gecko pero si debemos seguir cambiando el agua.

Durante el cortejo el macho persigue a la hembra moviendo su cola muy rápido, la sujeta mordiendo el cuello y le introduce uno de sus dos hemipenes. Se les debe proporcionar un recipientes con sustrato bastante húmedo (vermiculita, perlita o fibra de coco) ya que será donde la hembra realice las puestas unas cuatro semanas tras el apareamiento en varias deposiciones de dos huevos blancos y muy blandos pudiendo llegar hasta 16 huevos, siendo los dos primeros comúnmente infértiles. Los huevos infértiles no son raros entre los geckos leopardo, pudiendo ponerlos incluso sin apareamiento. Si los huevos no son fértiles, desarrollarán hongos en un par de semanas.

Nunca se deben mover, girar o tocar los huevos de la posición en los que lo ha dejado la hembra y hay que retirar los huevos cuando han nacido las crías. Si se quiere se puede incubar los huevos aparte en algún tupper con 5-7 cm de sustrato y los huevos deben estar enterrados hasta la mitad (siempre en la misma posición en los que lo dejó la hembra). Este tupper puede ser de plástico con algunos agujeros, y el sustrato se recomienda de vermiculita pero también puede ser arena o turba, siempre ligeramente húmedo de manera que si lo apretase no saliese agua. Esto es importante porque si está muy húmedo pueden crecer hongos y si tiene poca agua pueden secarse. Si el medio se seca durante la incubación, añadir agua gota a gota.

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Huevos de Gecko Leopardo. Imagen de “The learning centre” web

La temperatura marcará el sexo de las crías, siendo hembras alrededor de los 26-27ºC y machos entorno a 30ºC. A temperaturas dentro de ése rango podrán salir de ambos géneros y por encima de los 30ºC se puede dar lugar a “hembras calientes” que son hembras infértiles con aspecto de machos. Los huevos romperán en unas 6 y 12 semanas, cuanto más caliente hayan estado, antes nacerán.

Una vez que nacen, la alimentación de las crías se basarán en pequeños insectos como moscas de las fruta o microgrillos, siempre adecuándolos al tamaño de la boca de la cría. Estas crías tendrán unos colores que irán cambiando conforme vayan creciendo, siendo la coloración inicial diferente a la del individuo adulto.

¡Disfrutad de la cría de estos animales!

Esta entrada tiene un comentario

  1. Sheila Kridel

    Genial justo esto es lo que me faltaba para terminar mi trabajo, al fiiiiin T.T GRACIAS!

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